jueves, 27 de octubre de 2016

CONOCEMOS Y RECONOCEMOS A TRAVEZ DE TEXTOS DESCRIPTIVOS 4

Lee el siguiente texto considerando las orientaciones que te brinda el docente.
                                                      ¡Qué abuelito!



Era un buen hombre llamado Willi, hijo de madre trujillana y padre cusqueño, trabajó desde muy joven y aprendió en la práctica, como muchos peruanos, diversos oficios que le permitieron llevar una vida honrada y formar una familia.
No era muy alto pero tampoco bajo, tenía una estatura normal. Cabello lacio y grueso, canoso por el paso del tiempo. Sus ojos achinados, marrones como los granos de café bien tostado, iguales a los de sus antepasados. Su piel trigueña, bronceada por el sol, reflejaba el trabajo arduo y esforzado de tantos años. Con unos labios delgados que apenas perfilaban una tenue sonrisa, pero eso sí, de amplia y franca carcajada si la ocasión lo ameritaba, como la celebración de un gol de su equipo blanquiazul (Alianza Lima de sus amores). Sus manos de generosa palma hacían cosas maravillosas como ninguna otra persona, recuerdo la vez que preparó como regalo navideño una linda cabina de teléfono, en tono rosado bebé porque ese era el color preferido de sus queridas nietas. La mayor lo llamaba con emoción y amor “papá Willi” quizá por tantos momentos compartidos, por la admiración, guía y protección que pudo proyectar el abuelito en su primera nieta.
Ágil y muy ordenado, tras haber cumplido los setenta años, pero lamentablemente su gusto por el cigarro fue “minando” poco a poco su estado de salud. Lo dejó cuando se dio cuenta del daño que le causaba, pero fue demasiado tarde, el cáncer lo iría consumiendo silenciosamente.
No vestía con mucho colorido porque no le gustaba llamar la atención, aunque no le quedaba mal debido a que era muy alegre y bromista. En algunas ocasiones solía vestir con pantalones plomos, azules y marrones pero sobretodo la mayoría de las veces, los clásicos jeans y los polos sencillos, estos eran de su preferencia. Las camisas a cuadros, más informales y con colores tenues. Un par de sandalias cómodas, testigo de su arduo caminar y paso por una vida llena de múltiples y alegres peripecias. Respecto a los complementos de su atuendo, solía llevar gorros de su prestigiosa institución “La Marina de Guerra del Perú" o una boina de tono oscuro que iba acorde con su personalidad.
Era paciente y muy atento ante algún requerimiento de sus pequeñas, era el abuelito ideal: las escuchaba, aconsejaba y jugaba con ellas. Siempre les dedicaba tiempo. ¡Cuántos paseos, pasacalles y eventos infantiles! Era como un niño disfrutando de la compañía y gracia que la vida le había regalado.
Vivió amando a su familia y tuvo grandes amigos en quienes veía solo virtudes, así conservó la amistad de su compadre, pese a que era del equipo crema (su clásico oponente deportivo), eso en vez de separarlos los unió más, lo que le importaba era disfrutar de una sana competencia en compañía de un buen amigo. Era agradable, bondadoso y generoso. Respetuoso y trabajador incansable, ¡Qué no hizo para sacar adelante a sus seres queridos! Nunca se rendía, perseveraba en su objetivo y hacía lo humanamente posible para lograrlo; quizá contagiado por el ímpetu y firmeza de su entrañable esposa.
Él decía: “En la vida, hay que ser honestos y lo que dignifica al hombre es su trabajo, por más humilde que sea, no sirve de nada contar con muchos títulos si no eres leal con tus valores y principios, uno siempre debe respetar y ser responsable”. Muy seguro de sí, firme y constante en su proceder; nos aconsejaba: “No vivas odiando”, “sé feliz”, “a los toros se les mira de lejos”, etc. Era muy sensible y fácilmente percibía los sentimientos y pensamientos con quienes conversaba; sus dones para observar y escuchar caracterizaron su ser especial.
Los que tuvimos la suerte de gozar de su amistad lo recordamos como un ser humano confiable, discreto, solícito en brindar apoyo o alguna ayuda al alcance de sus prodigiosas manos a todo aquel que lo necesitase. Fue un padre ejemplar, que buscó en todo momento la unión familiar, mejor esposo, maravilloso suegro y especialmente un gran abuelito.
Nos dejó enseñanzas que todos sus amigos, familiares y particularmente nietas, recordaremos como lecciones de vida que serán rememoradas por siempre

Responde las preguntas tomando como referencia el texto anterior y las orientaciones que te brinda el docente.
1.    Son características del abuelito Willi:
a.    Discreto, aliancista, deportista
b.    Bondadoso, respetuoso, trabajador
c.    Renegón, impetuoso, perseverante
d.    Agradable, incansable, conformista

2.   De acuerdo al texto  el título ¡Qué abuelito! significa:
a.    Que era un abuelito modelo.
b.    Que era alguien muy alegre.
c.    Que era un buen hombre.
d.    Que era un abuelito trabajador.

3.   ¿Cuál era la forma de ser del abuelito Willy?
a.    Una persona con valores.
b.    Un trabajador de la Marina.
c.    Un aficionado al deporte.
d.    Un peruano conservador.
4.   ¿Este texto describe una persona de conducta ejemplar? Explica.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________­­­­­­­­­­­­­_______________
5. ¿Por qué la autora habrá colocado paréntesis en la expresión: “Alianza Lima de sus amores”? Explica.
____________________________________________________________________________________________________________







Realiza de manera individual la lectura del siguiente texto y responde a las preguntas que se te presentan.
Abraham Valdelomar
(Adaptación)


Abraham Valdelomar es considerado uno de los escritores peruanos más destacados del  siglo pasado.

Poeta de tez morena, de aire elegante y sereno, caballero de tostada piel y de ademanes refinados, sureño de habilidosa mano; inmortalizó su nostalgia en sus textos; seguido por los ojos de la gente, admirado, mestizo nacido del sur.

Su infancia rural, vinculada al mar y a la campiña influyó en sus cuentos y poesía que cultivó con mucha creatividad y emotividad.
 
Siguió sus estudios primarios en la ciudad de Pisco y los secundarios en Lima, pero antes de venir a la capital, desempeñó en Chincha algunos trabajos relacionados con la panadería.

El talento que tenía le sirvió desde que era un joven a distinguirse entre los demás. Así en el colegio Guadalupe fundaría “Idea Guadalupana” (revista) y comenzaría su incursión en cuentos, poemas o el periodismo.

Su mayor contribución a las letras peruanas lo encontramos en sus cuentos: El Caballero Carmelo y El vuelo de los cóndores, uno de los cuentos más leídos en todos los colegios del país. Esto se debe a la pluma magistral y a la sensibilidad de Valdelomar.

Este dandi criollo (persona de vestir extremadamente elegante, desprecia la vulgaridad y se adora a sí mismo) no solo haría suyas las letras y los dibujos, también haría de las suyas en una agitada vida que más que una moda era una forma de vivir.

Era provocador, erudito, sarcástico y de una lengua cual sable con la que dejaba sin cabeza a sus adversarios. Fue odiado y envidiado por enemigos muy poderosos, que no soportaban su frase ingeniosa, que repetía en los salones donde ingresaba fumando su clásica pipa: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert, soy yo”.

Abraham Valdelomar es un caso excepcional dentro de la literatura peruana. Elogiado y atacado en vida como ningún otro escritor del país, estuvo decidido a triunfar en su medio para lo cual no dudó en adoptar posturas desafiantes y escandalosas. Sin embargo, detrás de su estilo exageradamente refinado y evasivo de la realidad que solía mostrar en público y su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que se manifiesta en sus mejores poemas y en los cuentos criollos que forman su libro El Caballero Carmelo. Este contiene algunos de los mejores relatos escritos en el Perú.

Él fue el primer escritor peruano que se autocalificó como profesional y que fue tratado como tal, incluso antes que José Santos Chocano. Antes, los escritores eran vistos como simples bohemios que deambulaban por los bares de la capital. Después de Valdelomar las cosas empezarían a cambiar.  Le escribió a un amigo: “Mis sucesores de mañana no acabarán nunca de agradecerme el servicio que les he prestado. Antes de mí, jamás se ocupó el público con mayor vehemencia, ni se discutió tanto, ni se atacó y defendió a escritor alguno”.

En su corta vida, de apenas 31 años, dejó una amplia y excepcional obra en sus facetas de narrador, poeta, periodista, ensayista y dramaturgo peruano.


 Glosario:
Palais Concert: Un local de moda en el Jirón de la Unión de la ciudad de Lima (hoy funciona una tienda comercial).


Por su reconocimiento, celebridad y su egolatría, es conocido como “CONDE DE LEMOS” o “CONDE DE LAS LETRAS”.

A partir de la lectura anterior responde las siguientes preguntas:
1.   Las características de Abraham Valdelomar son:
a.    Caballero, elegante y divertido
b.    Elogiado, criticado y envidiado
c.    Provocador, erudito, sarcástico
d.    Artista, periodista, triunfador

2.   De acuerdo al texto, ¿qué significa “pluma magistral”?
a.    Escritura excepcional
b.    Crítica magistral
c.    Creación desafiante
d.    Inspiración literaria
3.   A partir de la expresión: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert, soy yo”. Las características de la personalidad de Valdelomar son:

a.    Escritor orgulloso de su tierra
b.    Persona soberbia y egoísta
c.    Autor vanidoso e intolerante
d.    Persona honrada y engreída

4. En el texto, Abraham Valdelomar, es considerado uno de los escritores peruanos más destacados del  siglo pasado ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
__________________________________________________________________________________________________________________________________________

5. Observa la siguiente parte del texto:
“Mis sucesores de mañana no acabarán nunca de agradecerme el servicio que les he prestado. Antes de mí, jamás se ocupó el público con mayor vehemencia, ni se discutió tanto, ni se atacó y defendió a escritor alguno”
  ¿Para qué se usaron las comillas?

_____________________________________________________________________________________________________________________________________



Lee el siguiente texto considerando las pautas que te brinda el docente.

El Ángel de la Fama en la pileta de la Plaza Mayor de Lima




La Plaza Mayor de Lima es uno de los lugares más visitados, en especial por todo turista que viene a conocer el Perú y pasa por la capital. Además de apreciar la Catedral, el Palacio de Gobierno, el edificio de la Municipalidad y los portales, llama su atención la antigua pileta que se encuentra al centro, inaugurada el año 1650 y completamente de bronce -aunque hoy luce pintada de color negro-. Esta pileta es coronada por una hermosa figura alada que lleva una trompeta en la mano derecha y un documento en la otra, y  muchos la llaman: “El Ángel de la Fama”.

Dicha figura alegórica en lo alto de la pileta de la Plaza de Armas de Lima no es un ángel. Cuenta la historia que dicho “Ángel” no siempre estuvo ahí. La primera pileta de la  Plaza de Armas la mandó construir el virrey Francisco de Toledo (1578). En la cima  solo había una esfera de la cual salía agua. Sobre la esfera había la figura del escudo de la ciudad.

Esta pileta fue reemplazada por otra, encargada por el virrey García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra, e inaugurada el 8 de setiembre de 1651, la que con algunas refacciones, se mantiene hasta la actualidad.

En 1900 el entonces alcalde de Lima Federico Elguera ordenó arreglar la plaza para lo cual hubo que bajar al “Ángel”. Los obreros lo hicieron con tan mala suerte que la estatua cayó y nuestro “Angelito” dejó de volar por un buen tiempo. 
En 1997 volvió a su pedestal, gracias a la gestión de Alberto Andrade, siendo esta una réplica (basada en imágenes e investigación de otras alegorías de la Fama diseminadas alrededor del mundo) que se perdió en el año 1900 y fue colocada por el arquitecto Jorge Orrego Vargas, quien estuvo a cargo de la restauración de la fuente ornamental.

El arquitecto tuvo que hacer hasta seis esculturas para llegar al modelo definitivo en bronce. El ángel pesa aproximadamente 145 kilos y mide 1.43 metros.

Después de una investigación se descubrió que: ¡Este Señor o “Ángel de la Fama”, es una señora griega llamada “Fama”!

Los antiguos griegos representaban a “Fama” como una regia doncella  con alas de águila sobre las nubes o en lo alto de los cielos, tocando una trompeta. Frecuentemente esta es doble, lo cual indica que proclama indiscriminadamente la verdad y la mentira; pero la nuestra solo tiene una trompeta.

Otro estudio refiere que la Fama era una divinidad tanto de griegos como de romanos y se encargaba de extender los rumores y hechos de los hombres, sin importarle la credibilidad de dichas ideas. Por ello, no era bien recibida en la morada celeste (El Olimpo) de los dioses, y al no ser tampoco una criatura infernal, habitaba entre las nubes, provocando desórdenes y malentendidos entre los mortales. Es una creación del poeta romano Virgilio que la cita en su obra “La Eneida”. Allí él la representa con múltiples plumas, ojos, lenguas, bocas y oídos, como también su don de nocturnidad, rápido vuelo, actividad insomne y vigilancia diurna sobre techos y torres, muestra su capacidad receptiva y extensiva. Tiene una función social de mensajera. La Fama es veloz, difunde sus noticias a todas partes, transmite novedades terribles, (la partida del amado, la muerte del hijo, el suicidio de una reina, el oráculo que será origen de una guerra, el comienzo de las batallas, etc.) y sus efectos son inmediatos y devastadores.
En el arte, a partir del Renacimiento, es representada como una señora con alas de águila, con una trompeta orientada hacia el este, donde nace el sol.

La costumbre, muchas veces madre de las equivocaciones, ha ocasionado que la mayoría de las personas llame a esta figura “el Ángel de la Fama”, o hasta “El Tuturutú” por la trompeta que lleva. Pero no es un ángel en el sentido cristiano, su origen y la trompeta que lleva no está relacionada con el juicio final.  Por eso, nuestro Ángel de la Fama limeño, es una figura única, enigmática e histórica.

A partir de la lectura anterior responde las siguientes preguntas:
1.    Para los griegos la función de la Fama  es:
a.    Ser vigilante
b.    Ser trompetista
c.    Ser mensajera
d.    Ser guerrera
2.   Según el texto, ¿qué significa diseminadas?
a.    Esparcidas
b.    Inesperadas
c.    Investigadas
d.    Replicadas

3.   Deduce una característica del “Ángel de la Fama”:
a. Fuente decorativa de una plaza                                             
b. Ángel tocando dos trompetas
c. Escultura de bronce en una pileta
d. Pileta de la Plaza Mayor de Lima

4.   ¿Estás de acuerdo con que “La Fama en la pileta de la Plaza Mayor de Lima” es un atractivo turístico? Explica tu respuesta.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
5.   ¿Cuál es la intención del autor al usar paréntesis en 1578?
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________





5 comentarios: